En un texto de Barthes, acerca de la limpieza profunda… de la ropa…
etc., etc….
Hoy, después de años de buscar el mejor cu(b)lito donde meterla, oops…!, Cristina no tuvo más que levantar su camiseta para poner al alcance de mis ojos su vientre redondeado, suave, para que…
comprobara….
profundamente…
que quería comérmela.
Profundamente.
Viendo su piel.
Vueltas y vueltas y vueltas.
La lib…, oops! (otra vez)… ¿bisexualidad intermitente?
Por lo menos divertirme un poco, comiéndomela.
¿Cómo le digo?
Así.
